Columna de Opinión:
Una mirada focalizada del Movimiento Estudiantil
A partir del año 2010, la importancia que tomaron los movimientos ciudadanos, sobre todo el estudiantil, se volvieron en semilleros que pusieron en la palestra ciertos temas que en un inicio no habían sido del todo desarrollados. Es por eso que en éste número un profesor de comunicación y un alumno de la misma facultad nos dieron su parecer.
Por: Carlos Ordoñez, presidente Centro de Alumnos de Periodismo
Cuando me preguntaron qué pensaba sobre el movimiento estudiantil, pensé en lo afortunada que es la sociedad chilena. Acá se conversa y se debate sobre gratuidad y calidad en la educación, mientras que en países como el mío, Ecuador, y en el resto de América Latina, todavía se pelea por la erradicación del analfabetismo. Sin duda, es el ejemplo más claro de que Chile llegó a una etapa de desarrollo ejemplificadora para los demás países. Una sociedad que da verdadera importancia a la herramienta más eficiente del desarrollo que es la educación de una persona.
El año anterior, miles de estudiantes salieron a las calles a practicar el derecho legítimo de manifestarse. No faltaron los que por intereses distintos buscan desestabilizar o utilizar al movimiento como una catapulta para ejercer política. Dejando a parte esos factores negativos, las movilizaciones han dado resultados. El Gobierno inteligentemente ha comenzado una serie de medidas, como la redefinición del Crédito con Aval del Estado, una reforma tributaria que busca recaudar dinero para la educación, una Superintendencia de Educación Superior, entre otras. Las ganas están y son notorias.
Lo que hace falta, por parte de los estudiantes, es estar conscientes que todo hito histórico es el resultado de un conjunto de procesos. Que ahora se está marcando historia y que por la misma razón, se necesitan decisiones responsables que no deterioren ni disminuyan el desarrollo del país. Preocuparse por ser un movimiento más representativo y menos político. No fijarse en las encuestas, sino en su verdadero fin, que es una mejor calidad de educación y mayores facilidades en su accesibilidad.

